¿Cómo sé si tengo insuficiencia venosa crónica?

¿Notas tus piernas pesadas e hinchadas?, ¿sientes que el dolor de piernas te condiciona en tu vida diaria?, ¿te despiertas por la noche a causa de los calambres que experimentas en tus extremidades?, ¿observas que la piel de tus tobillos se va volviendo rojiza, incluso amoratada?,...

Seguro que estas son sensaciones familiares para muchas personas ya que nos referimos a una dolencia que afecta a más del 50% de la población, fundamentalmente a mujeres.

Hoy hablamos de la insuficiencia venosa crónica, también denominada flebedema.

Se trata de una enfermedad directamente relacionada con tu sistema circulatorio. En esencia este sistema funciona a través de dos circuitos: las arterias y las venas. Las arterias son las encargadas de distribuir la sangre oxigenada desde el corazón a los órganos mientras que la función de las venas es la de transportar esa sangre (con dióxido de carbono) desde los órganos de nuevo hasta el corazón.
 
El flebedema se produce como consecuencia de un mal funcionamiento de estas venas. En el interior de ellas hay unas válvulas que funcionan a modo de compuerta. Se abren para dejar que circule la sangre y se cierran una vez que este líquido ha pasado. Si estas válvulas no se bloquean adecuadamente, debido al efecto de la gravedad, la sangre no continúa ascendiendo y se va acumulando en las partes inferiores del cuerpo (pies, tobillos y piernas) provocando una hinchazón o edema.
 
 

Si esto sucede comienzan a aparecer una serie de síntomas que fácilmente puedes detectar:

  • Sentir pesadez y dolor generalizado en las piernas.
  • Sensaciones de cansancio, hormigueo, quemazón o presión en las piernas.
  • Calambres en el pie y en la zona de la pantorrilla que suelen aparecer de noche o en situaciones de esfuerzo y calor. Mejoran cuando se masajea la pierna.
  • Hinchazón de los pies y tobillos que, a medida que la enfermedad avanza, va ascendiendo a lo largo de la pierna.
  • Sensación de calor,  picor o escozor en el área del tobillo y del empeine del pie. Si éste es tu caso, es importante no rascarse ya que la piel de esa zona es más débil debido a la mala circulación, lo que facilita la formación de heridas y de infecciones.
  • Pinchazos, palpitaciones o escalofríos.
 
Si padeces alguno de los síntomas descritos anteriormente sentirás que las molestias se van agudizando a medida que avanza el día, cuando permaneces mucho tiempo inmóvil, tras pasar muchas horas de pie o cuando el organismo está expuesto a temperaturas elevadas.
Sin embargo, disminuyen cuando aplicas frío, haces ejercicio o mantienes las piernas elevadas. En general, resulta eficaz también realizar drenajes en la zona afectada.

A medida que la enfermedad se prolonga en el tiempo, pueden aparecer:

  • Alteraciones cutáneas derivadas de la mala circulación (cambios en la coloración de la piel, dermatitis, eccemas, hiperpigmentaciones,…).
  • Arañas vasculares (telangiectasias). Se trata de esos pequeños grupos de capilares rotos que se ven superficialmente en las piernas y causan el enrojecimiento de la piel.
  • Varices (venas dilatadas). Se distinguen diferentes tipos según sus características y localización. Pueden derivar en trombosis, flebitis o tromboembolismo pulmonar.
  • En los estadios más avanzados pueden apreciarse úlceras venosas. Constituyen un problema clínico doloroso y de difícil solución.
 

Algunos de los factores que potencian el desarrollo de esta patología son:

  •  El componente genético (en un alto porcentaje de casos se trata de una enfermedad hereditaria).
  • La edad. Con el paso del tiempo es más probable que se produzca un deterioro en el funcionamiento de las venas.
  • Los traumatismos.
  • Las menstruaciones, el uso de anticonceptivos y los embarazos.
  • El aumento de peso y la falta de actividad física.
  • Fumar.

Aunque el tratamiento para la insuficiencia venosa crónica o flebedema debe abordarse desde una perspectiva multidisciplinar, si experimentas estos indicios acude al especialista vascular para que realice las pruebas pertinentes y confirme el diagnóstico.

Una pieza fundamental dentro de este tratamiento es la figura del fisioterapeuta. En la Clínica C1dema disponemos de métodos y máquinas de ejercicios específicamente diseñadas para abordar esta patología. Estaremos encantados de acompañarte durante este proceso y ayudarte a que mejores tu calidad de vida.

Patologías

Contacto

Rúa Zaragoza Nº9 Bajo.
36202 Vigo (Pontevedra)

Mov: 671 641 438
Email: contacto@c1dema.com

Rúa Zaragoza Nº9 Bajo.
36202 Vigo (Pontevedra)

Mov: 671 641 438
Email: contacto
@c1dema.com

Síguenos en